Teoría
del valor básico de los modos subjuntivo e indicativo
Teoría del valor modal Teoría del uso Ejercicios e ilustración de la teoría
A. Valor básico del indicativo y del subjuntivo
1.
El elemento marcado en la oposición modal indicativo – subjuntivo es el
indicativo.
El
indicativo presenta el contenido de la oración explícitamente como real y
existente
en el mundo. Si usamos el indicativo decimos que la relación entre el sujeto y
el predicado
es una representación fiel del mundo.
Al afirmar que Juan habla mucho
decimos
a) que “Juan” es el sujeto de “hablar mucho” y
b) que damos una representación fiel del mundo. “es así!”
2. El
subjuntivo no tiene ningún significado modal.
Es esencialmente un NO-INDICATIVO,
el elemento no marcado en la oposición modal.
Usando el subjuntivo únicamente asignamos
a un sujeto cierto predicado sin decir nada sobre la realidad de esta
relación en
el mundo real extralingüístico.
En ”...Juan hable mucho” sólo se relaciona el sujeto “Juan” con el
predicado
“hablar mucho”.
Para esta teoría cf.:
Gysi, Martin: Die
Verbalgrösse Imperativ im Spanischen, Überlegungen zum Grundwert des spanischen
Imperativs
und seiner Stellung innerhalb des Modussystems, Bern – Berlin – Frankfurt
a. M (Peter Lang) 1997, S. 169 – 183
Teoría del uso
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B.
Reglas para el uso del indicativo y del subjuntivo en la oración
subordinada
1.
Usamos
el INDICATIVO para presentar el contenido de la oración subordinada
explícitamente (!) como una realidad,
(aunque ésta sea meramente subjetiva, por
ejemplo tras verbos como creer, pensar, prometer etc.).
Ej.: Digo/sé/creo que Juan habla mucho.
Como estás enfermo, nos
quedaremos en casa mañana.
(a)
porque no es o no puede ser una realidad en
el contexto o la situación dados
(óimposibilidad de poner el
indicativo)
Ej:
Quiero/no creo que Juan hable mucho.
Como estés enfermo, nos
quedaremos en casa mañana.
En el segundo ejemplo el “estar enfermo” no es una realidad sino una posibilidad: y la subordinada por tanto es interpretada como condicional (lo que corresponde a la intención del hablante).
(Con el verbo “estar” en indicativo la situación es diferente: La enfermedad es una realidad, y mediante el uso del indicativo queda marcada como tal. El oyente interpreta la subordinada como causal.)
(b)
porque la realidad “no se discute” ni “se
comunica”
(ó no hay necesidad de poner el
indicativo, de marcar la realidad)
[por ejemplo cuando la existencia real de lo dicho en la subordinada es una
condición necesaria
para afirmar lo expresado en la principal])
Ej: Me cabrea/es lástima que Juan hable mucho.
Para poder afirmar que un hecho nos cabrea o que nos parece una lástima, su existencia real en el mundo extralingüístico es una condición necesaria. Y como la lengua tiende hacia lo económico, no marcamos esta realidad (obvia) usando un indicativo.
O con otras palabras:
La existencia real
de lo expresado en la subordinada no se pone en cuestión,
¡es presupuesta!
Por tanto
no se usa el indicativo sino el subjuntivo, la única posibilidad para relacionar
un sujeto con un predicado sin marcar (innecesariamente) esta relación como
realmente existente en el mundo.
Para más ejemplos y la ilustración de esta teoría véase los comentarios de gramática en los ejercicios
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